EL ENTRENAMIENTO


Lór se lavó. Despertó a Eriath y salieron los dos al campo. Por donde pasaban los hobbits se asombraban. Ninguno en su vida había visto una pareja de elfos.

Al llegar al campo la luz del sol los adormeció. Lór fue llevado con Fredoc a un campo de armas mientras que Huoriel permanecía quieta con una maga humana y una hobbit.

-         ¿A dónde la llevara? – pregunto Lór – no me siento cómodo de que esté sola, le es difícil relacionar.
-         No te preocupes, estará bien. La maga es muy buena compañera y para el final del día ya habrán entablado buenas relaciones y estará dispuesta a continuar mañana.
-         ¿Que es de mi familia? Deben de estar preocupados.
-         Que escandaloso que eres…. Ya nosotros nos encargamos de todo. Tan pronto llegaste les enviamos una carta informándoles de todo. Les dijimos que no se molestaran en venir, nosotros te trataremos como el elfo que eres.
-         ¿Y, que dijeron?
-         Aun no han respondido, supongo que lo tomaron con calma. Tu padre es un buen elfo. De seguro estaba preparado para el día en que sus hijos fueran unos guerreros. Sin embargo, para esto es el entrenamiento. Para que puedas protegerte y volver a casa y casarte con…. ¿Como dijiste que se llamaba?
-         Eriathwen Huoriel…. La más bella de las elfas.
-         Si, si, si, en fin… con ella y puedan tener  una familia y todas esas cosas rosas que les gustan. ¿sabes? Me recuerdas a un elfo cantor, fue un buen amigo de nuestra comarca pero desde que viajo para conocer mas de el mundo no sabemos de el. Tenia el mismo sueño. Casarse con una elfa bella y rica…. No sabemos si lo logro….

Lór estaba desconcentrado, la noticia le había preocupado pero lo tomaba con calma. Después de todo el era valiente y sabia que en algún momento le llegaría la hora de pelear. Lo que nunca había pensado es que tendría que pelear junto a la persona que amaba.
La miraba quieta en su lugar. Junto a la maga y a la pequeña hobbit. La maga le decía algo que al parecer ella no entendía.

Al llegar al campo de armas. Lór recibió una espada mas gruesa y pesada que la de el. Con la que su hermano le entrenaba.

-         Esta es mejor. Te dará mas fuerza y el entrenamiento será mejor. Ahora muéstrame lo que sabes
-         No me retes pequeño hobbit. Soy mejor de lo que crees.

Las espadas chocaron. Saltaban chispas al césped. Se golpeaban por igual pero el peso de la espada hacia que Lór fuera bastante lento.

Como era de esperarse recibió mas de un golpe que lo derribo al suelo. Eso le hacia pensar en los entrenamientos con su hermano. Siempre salía perdiendo. Un golpe duro en la espada lo dejo en el suelo por unos minutos.

-         ¿Que paso Sir? ¿No que eras muy bueno?
-         De acuerdo, lo acepto. Aun no soy experto en el tema, mi hermano siempre me derribaba fácilmente, y eso le molestaba.
-         No te preocupes… a nosotros no nos molesta. Solo levántate y continúa. Esto es solo una prueba de lo que vas a tener que hacer todos los días. Debes tener buen físico para manejar cualquier tipo de armas, sin importar lo pesadas que sean debes manejarlas como si fuera la pluma de un vrogn. – dijo  – ponte en guardia muchacho. No te dejes avergonzar frente a todos los hobbits.

Al levantarse Lór se dio cuenta que el humano lo miraba con curiosidad.

-         ¿Quien es el? – pregunto-
-         Oh, se llama Alastor. Su padre era amigo de Drogo. Y cuando murió le pidió que lo cuidara. Es por eso que no parece ser feliz. Muchos hobbits le temen. Pero es buena persona. ¿quieres entrenar con el?
-         Debe ser fácil. Llámalo, y danos las mismas armas.
-         Hey, alastor, ven a pelear, coge dos de filo doble. Es tu turno de derribar a un elfo.

Fredoc soltó una carcajada. Mientras se quitaba su armadura Alastor se acerco y empuño su arma.

Golpe tras golpe. Las espadas chocaban. Ambos tenían movimientos rápidos. Sin embargo Alastor no parecía tan bueno. Fue derribado por Lór más de una vez. Cosa que sorprendía a todos….
Alastor actuaba raro. El al menos hablaba pero desde que había visto a Lór su lengua no se veía. Había algo que lo intimidaba…

-         Vamos muchacho. No soy bueno, se que puedes dar mas
-         Lo siento Señor. Estoy desconcentrado.
-         Soy solo un elfo, ni siquiera un rey. Y soy más malo de lo que alguien puede llegar a ser. No te has presentado formalmente
-         Mi nombre es Alastor Glandur. De la tierra de  Naré
-         Creo que ya me conoces. Es hora de pelear. Recuerda que necesito mas entrenamiento
-         Con gusto.

Las espadas reflejaban el brillo del sol. Era una mañana asombrosa.  Mientras Lór peleaba, Huoriel aprendía de magia y hechicería. Eran toda una pareja de tórtolos aprendices, o por lo menos así empezaban a llamarles en la hermosa y pequeña tierra de Hobbits. Una tierra de la que Lór conocía poco y creía (según contaban leyendas) que estaba desaparecida.

La tarde llego mas pronto de lo que Lór y Huoriel esperaban. El sudor corría por la frente del elfo mientras sus ojos estaban fijos en el entrechocar de las espadas. Agito un golpe certero y dejo a Alastor de nuevo en el piso pero esta vez con una pequeña cortada en el brazo izquierdo. Todo alrededor calló y centro su atención en el hombre caído que además reflejaba lágrimas en sus ojos claros.

- Lo siento Alastor, no era mi intención. Ni siquiera se de donde reuní fuerzas para ese golpe y tampoco entiendo como logre cortarte si la espada esta protegida.
- No…. te preocupes.

Alastor soltó la espada se levanto apresuradamente y salio corriendo con su mano derecha presionando en el lugar de la herida. Fredoc le grito a una hobbit que fuera tras el y lo revisara, luego, se acerco a Lór no sin antes regañar a la multitud chismosa.

- No tenias por que pedir disculpas Lór, recuerda que tu raza es mas pura que la de el, tu eres casi un príncipe, el un criado de mi padre.
- Yo no soy como el resto de mi raza, las acciones que cometo si me importan, no soy tan mezquino y odioso. Iré tras el…. Hay muchas cosas que igualmente me interesarían
-Solo recuerda una cosa Elfo…. Tu palabra ahora vale más de lo que crees, cualquier cosa que digas puede ayudar, o empeorar la situación. Y ante todo por mas que te lo pida no le hables en tu idioma. No solo no lo entenderá, sino podrá adoptarlo para su formación y ningún maestro quiere eso. ¿Porque? no me lo preguntes, no me interesa saber eso. Dirigiéndose a la multitud gritó: ¿Quién quiere una cerveza?

Lór atravesó la multitud enloquecida por el aullido de hurras y vivas por Fredoc y su gran idea. En esas se topo con Eriath, la agarro de la mano y levemente le pidió que la siguiera. Ella sin importarle el regaño de la maga de que su clase aun no terminaba corrió con Lór sin saber su destino.
Fue ya lejos de la muchedumbre que Lór le comento todo y la mala energía que le sintió, además de contarle que pudo entrar en su mente sin oposición alguna.

- ¿Crees que se dio cuenta? ¿No pudo haber sido eso lo que lo desconcentro y lo hizo caer tan bruscamente al piso?
-No lo creo, ¿De que manera se iba a dar cuenta que yo estaba en su mente?
-No lo se Lór, pero recuerda que es un humano, ademas de ser joven esta en formación y no tiene la capacidad para defenderse de tu poder mental. Eso quizás le causo un gran dolor de cabeza. Por favor pídele perdón de nuevo, no sigas tanto el “bla bla bla” que tiene Fredoc. Es un lierï de primera recuérdalo.
-No te preocupes Eriath, lo tengo presente, y lo haré tan pronto lo encontremos…. Si es que eso sucede.
Tan pronto dijo esto de una puerta salió la Hobbit curandera. Los miro y siguió su camino.
Ellos se detuvieron bruscamente y entraron por la puerta. El cuarto era oscuro y tenía una simple cama de piedra con mucha paja acomodada. En el borde estaba Alastor sentado y con la cabeza gacha, que medio levanto para ver quien entraba a la habitación.

-Alastor – dijo Lór – En verdad lo siento, no fue mi intención golpearte de ese modo. Y si pudiera remendar el daño….
- Ya lo remendó la Hobbit, que mas quieres o puedes hacer. Eres de la realeza Lólindir, no deberías estar aquí con un simple siervo, puede traer problemas a tu familia o manchar el nombre de “héroe” que estas teniendo en este momento. Eso sin contar que entraste en mi mente sin autorización.

El ambiente era tenso, Huoriel se aferro con fuerza a la mano de Lór hasta el momento en que la presión le dolió. ¿Como era posible que un humano novato supiera lo que un elfo experimentado  hacia con su mente y su magia?
- ¿Por….que lo dices?
- No soy bobo Lólindir, y tengo más capacidades de las que creen acá, para todos ellos soy simplemente un humano pero nadie sabe la verdad acerca de mí. Y si lo supieran me tendrían solamente para la guerra y eso es lo que no quiero. Por eso me deje vencer con la espada, y en la magia mental también. La mayoría de los que estaban en el campo conocen tus acciones, saben que lo hiciste. ¿Pero por que no dijeron nada aun sabiendo que es algo bajo y ruin? Pues por que se trata de ti.
-¿Qué tiene eso que ver conmigo?
-Bah, parece que no lo supieras… Eres un Nólatári. La familia más fuerte e inteligente que existe en los de tu raza, tu padre y tu madre no son simples tenderos, cada uno cometió una gran hazaña en épocas antiguas. Cuando el mandato del Rey Lóphing  acechaba cosechas por diversión, en la época oscura…. Cuando mi padre murió.
- No creo nada de lo que dices, mis padres nunca ocultarían algo así. Y de haber sido lo que dices estaríamos en la tierra del noreste, con el resto de la raza, no cerca de pueblos humanos y de hobbitses. Y respecto a tu padre, la verdad lo siento mucho… Lór callo un momento debido a un codazo de Huoriel luego prosiguió…. Lo sentimos mucho.
- ¿Como lo vas a sentir si ni siquiera lo conociste? Nadie conoció a mi padre tal como era. Lo único que el quería era un mundo para mi y mi hermano así que pidió la bendición de la inmortalidad élfica a los Dioses de Ramh. Por esta razón el rey sintió una traición de parte de los humanos y todo el mundo se fue en su contra, nadie en el pueblo lo quería, se dio la orden de asesinarlo. Así que huyo a la tierra de los elfos para esconderse, lo siguieron y allí formaron una guerra.
- ¿Y fue aquí cuando los elfos apunto de derrota decidieron huir y esconderse en diferentes sitios verdad?
-Correcto. Los elfos saben que no fue su culpa pero Lëriandel no esta muy contento con eso…. O estaba.
- Créeme que no tenia idea de esa parte de la historia. De todas formas aun no se que puedo hacer para remendar mi error, estoy en contra de la tradición de pertenecer a la realeza.
- Lo único que te pido por el momento es quietud, y que nadie se de por enterado de mis habilidades o lo que sea que se llame. Puede ser perjudicial para todos. Además si esa información llega a manos de la reina podremos lograr la extinción de los hobbitses.
- No te preocupes Alastor, seremos como una tumba.
Esto ultimo salio de boca de Eriath, que había estado callada toda la conversación. Los elfos salieron de la habitación con cautela y según pedido del humano. Agarrados de la mano se dirigieron a la habitación de ellos. Ya caída la noche se acostaron.

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