Pensamientos de madrugada VI
Algunas veces me frustro. Si, no lo puedo negar. He hecho tanto y a la vez tan poco. He recorrido bastante camino, la experiencia me lo dice, pero, ¿hubiera podido recorrer más? Tengo la edad suficiente para tener tantas cosas que aún no consigo, pero también la edad necesaria para seguir buscando lo que me falta.
Hay días que camino y me comparo con la gente, con los que conozco que lo tienen todo, también con los que tienen poco o nada. ¿Estoy loco? ¿Está mal latigarme de esta manera?, ya no lo sé. La mente me juega malas pasadas y así como hay días donde me siento inalcanzable, hay muchos otros más dónde soy un don nadie y no sé tampoco si eso me molesta. Pasar desapercibido, no estar en bocas ajenas, que no hablen ni digan, que no opinen y, si lo hacen, no tengan la certeza. Todo ahora es muy banal y aunque cada quien lleva su ritmo, soy consciente de como yo mismo le he metido freno al mío.
¿Arrepentimientos? Solo algunos. ¿Deseos de haber sido más astuto cuando pude? Todos los que quieran. Por eso hoy estoy acá, distrayendo mi cabeza detrás de un teclado, abriendo mi corazón sobre lo que no vale la pena hablar. <Todo tiene un fin> me repito, pero ya he andado bastante como para no llegar a el, al final del principio donde todo resulta ser como lo soñamos.
Y no, no estoy mal, agradezco a mis piernas que me soportan el andar y hoy, gracias a ellas, estoy donde supongo que deberia estar. De esto tampoco me arrepiento, soy feliz, vivo tranquilo, respiro con calma, bebo mi café caliente cada mañana y puedo apreciar los atardeceres con placer. Me atrae el olor de la tierra cuando llueve, y sonrió con los juegos de mis gatas. Estoy bien, repito. Solo es un día más donde la vida pesa.
Hoy me cuesta levantarme un poco más, quizá sea la comodidad de la cama, o tan solo es la pesadez de un dia frío. ¿Qué va a pasar? ¿Elegí bien mi camino? Ya no lo sé, e intento pensar poco en eso, al fin y al cabo es lo que mejor se hacer y debo aceptarlo, seguir al tanto y continuar. Los sueños no se cumplen si no trabajamos por ellos pero, ¿por qué cuesta tanto soñar? Toda la vida me mintieron, volar no es fácil si no te das una ayuda. Una de esas que te hace perder la cabeza por un momento y cuando abres los ojos, las alas son tan grandes que te permiten llegar tan lejos como lo puedas creer. Sin embargo tampoco quiero dejar todo a la suerte. Es momento de actuar. Debo levantarme y frentear lo negativo, luchar, dar todo de mi, pero no hoy. Hoy solo quiero hacerme bolita, llorar un rato bajo la ducha, y luego solo ser. Con la sonrisa que me caracteriza, un nuevo brillo en los ojos, saludar y decir: Va bien, todo está bien.
Comentarios
Publicar un comentario