Entradas

Mostrando entradas de 2021

Recuerdos (corto)

Si de confesiones se trata y quieres hablar, lo hacemos. Confieso que aún vivo con recuerdos de nosotros, tan activos y vivaces como si siguieran sucediendo esos momentos en los que solo estábamos tu y yo, caminando, riendo, hablando, tomando café… Confieso que aún hay mañanas en las que despierto creyendo que estarás a mi lado. Que podré darte un beso antes de meterme a la ducha y al poco tiempo llegarás desnuda a bañarte junto a mí. Que recuerdo esa última vez que estuvimos juntos como si acabara de pasar. Aún siento mis manos toscas recorriendo tus piernas suaves, mientras nos fundíamos en un beso pasional y poco usual. Recorriendo tu piel con la codicia de quien lo tiene todo frente suyo y no lo quiere soltar jamás. Quitándote cada prenda con fuerza pero con sutileza, tocando tu ser mientras observo como el placer te invade y te desinhibe por completo. Puedo confesar también en este momento que recuerdo las noches de sushi, de pizza y comida chatarra con juegos de mesa y cerveza ...

Pensamientos de madrugada V

Acá estoy de nuevo, con una botella de whisky a medio terminar. Sí, a eso he llegado, a tomar whisky como en esas series que te gustaban, que nos gustaban. Con una botella a medio terminar e intentando escribir algo para ti. Podría ser una carta, pero ya tienes muchas, y comenzar con un hola y terminar con un hasta pronto ya perdió sentido. Intente escribir un poema, pero descubrí que eso de rimar no va conmigo y la prosa ya se hace monótona. Quise también una canción pero, ¡¿en serio?! Yo no tengo ritmo y duré más de lo que dura Norther Winslow en “ el gran pez ” y no logré más de las tres líneas que el escribe. Es una buena película, ¿sabes? Es de esas que podría repetir en una tarde de sábado con lluvia y comida, mientras nos tapamos con una cobija corta y los gatos se pasean por entre nuestras piernas, obligándonos a quedarnos en la misma posición porque no somos capaces de despertarlos, hasta que el hambre los hace irse y volvemos a ser los dos en medio de la tenue luz de la luna...

Dudas

Una vez más estoy ahogando mis penas en un vaso de licor amargo y barato. No me siento mal, y debo aceptarlo, pero tampoco soy quien quisiera ser. No estoy tranquilo pero tampoco me siento infeliz. No me hallo perdido pero siento que soy un ente que roba aire. Una y otra vez me levanto y lo primero que me repito es: “Vida, estoy listo para que me lleves cuando quieras”. Y si, sé que no debería ser así, pero la mayoría de veces es difícil luchar contra ese tipo de pensamientos. Y no es porque lo quiera, solo que me siento preparado para todo lo que llegue en el momento que llegue y de la manera que llegue. No es la primera vez que lo pienso y sé que tampoco será la última. Las noches pasan largas, cargadas de insomnios y pesadillas. Algunas tan reales que al abrir los ojos asustado me cuesta creer que no sucedieron en realidad. ¿Qué agobia tanto mi mente para que siga siendo así después de tanto tiempo? ¿Es alguna clase de karma que estoy pagando? Ya no lo sé, y tampoco quiero entende...

Inexplicable

No sabía cuánto te extrañaba, hasta que volví a verte y recordé esa primera vez que mi cuerpo temblaba de nervios. No lo sabía hasta que volví a abrazarte y me fundí en una extraña paz que solo he encontrado entre tus brazos No sabía cuánto extrañaba besarte hasta que ese nuevo primer beso me ahogo en placer y no quería terminarlo. No lo sabía hasta que terminando nos miramos fijamente y sonreíste como siempre me ha gustado que lo hagas. No sabía cuánto extrañaba tomarte de la mano y caminar con nuestros dedos entrelazados hasta que, cruzando la avenida, sentí que llevaba el mundo entero a mi lado. No lo sabía porque había pasado tanto tiempo desde la última vez, que mis recuerdos resultaban nulos. No sabía cuánto extrañaba tu cuerpo desnudo   encima de mí hasta que, con mis manos, recorría cada centímetro de ti. No lo sabía hasta que nuestra piel se fundió en un mismo universo y los gemidos amoldaban la escena en un compás que solo tú y yo seríamos capaces de crear. No sab...

Aquí vamos

  Cae la noche, fría, turbia, poco convencional a lo que se espera cuando la tarde estuvo iluminada por un sol que parecía hacer arder el firmamento, me acompañan un saco de lana viejo, una taza de chocolate caliente y un computador donde escribo ligeramente lo que pienso. Se supone que inicio un nuevo año, no lo siento. La moral sigue en el mismo lugar, quizá un poco persuasiva y caótica, imaginando que será si este año se repite la situación. Ad portas de cumplir años en un momento en el que no lo quiero… así como los otros 16 años atrás en lo que   tampoco lo quería o disfrutaba. Limpiando mi alma, dejando que ella sola libere todo eso que durante tanto ha guardado, soltando mis muñecas para escribir algo sin necesidad de borrarlo como ha sucedido las últimas cinco o seis veces, preso de una impotencia por el deber ser no el querer. Mi cabeza sigue siendo un despelote, pero puedo asegurar que esta vez es uno que logro disfrutar, en mi mente ronda la idea de cómo somos u...