Pensamientos de madrugada
Camino, cruzo calles vacías en medio de la noche fría. El silencio trae su propio ritmo, hay compás entre mis pasos y el viento que sopla fuerte. Voy loco, sórdido mental, acabóse de recuerdos que me guían por una senda que no distingo, entre el bien y el mal... Crudo, incierto, analizando con detenimiento cada sonido que emiten mis pasos contra el pavimento, con los charcos de barro en las orillas. Abrigándome del viento helado que quema, que corta un poco mi respiración. Voy en contra, incluso de lo que siempre he querido, fuera del confort, de las reglas, lejano y distante a la norma. Soy solo yo, contra todo, sin nada con que defenderme, pero contra lo que odio, lo que tengo, lo que me gusta. Ni yo lo entiendo.
Ay aullidos en la lejanía, comienzo a imaginar una breve historia de terror de los años 80 en una distante y vanidosa tierra americana del norte. Todo lo que pasa por mi cabeza alguien ya lo soñó, lo escribió y lo hizo película, pero para mí sigue siendo único. Las luces de las casas comienzan a apagarse como si fueran velas, esto también ya lo he visto antes. Apuro mi paso con angustia, seré solo yo contra el mundo, contra el jíbaro celoso que apenas sale a trabajar, con el ladrón atento a acechar a sus víctimas inocentes. Seré solo contra el policía que me acorrale por lucir sospechoso, seré solo yo contra mi mierda mental, que en últimas es lo que más me asusta.
Cuento los pasos como si estuviera llegando a mi destino, voy ciento y pico y pierdo la noción, en mi cabeza estás tu, sonriente y burlona. Quizá es el recuerdo vivo de un día que pasamos juntos, de una noche de ebriedad, conjunta de placer y lujuria. Estás tú y tu sonrisa, todo se mueve en cámara lenta, incluso los árboles que mece el viento, estás tú corriendo de mi estirando tu brazo queriendo alcanzar el mío. Ahora lloras. Soy yo, en tu regazo, envuelto en calor, húmedo de mi propia sangre. ¿Que me pasó? La gente llega alrededor, ahogando tus gritos desesperados. Alguien te toma y nos aleja mientras me gritas que no me vas a dejar, parpadeo y todo está otra vez dónde debe estar.
Solo voy yo, camino, cruzo calles vacías en medio de la noche fría. Y llego, es el final de este escrito.
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