Pensamientos de madrugada III
¿Por qué esconderse bajo las sombras? ¿Que trae la soledad que nos atrapa? No sé bien que día es hoy, ni logro entender muy bien que pasa conmigo. Hoy no soy el hombre que ve lo positivo en medio del abismo. Hoy decidí dejar a un lado esa barrera que suelo poner de frente y que mi vulnerabilidad salga a flote, que se conozcan mis miedos, mis dudas, lo que me sorprende, lo que me puede acabar.
Hoy decidí no fingir más algo que no existe dentro de mi, no en momentos dónde mi cabeza revolotea como un centenar de polillas queriendo ser libres. Hoy decidí ser más humano.
Confieso que decidí dejarme llevar por lo que mi mente dicta, decidí no pensar más en lo que no debo, no humillarme con lo que imagino. Decidí cambiar esa verborrea tajante por un silencio apaciguador. Hoy no pienso más de lo que debo, solo dejo al suceso jactarse de su propia angustia. Hoy las palabras: "cada día trae su propio afán", resultan ser más exactas, más concretas.
Decidí que no seré más ese siervo costumbrista que le teme a lo incierto. Decidí relajarme más y asustarme menos. Vivir sin martirio, sin culpa, sin desconsuelo. Vivir en lo que acontece, dejar el pasado del que no soy dueño, el futuro que resulta ser incierto, y amañarme en el presente que ahora es algo pero cambia de inmediato. Hoy decidí que en lo tan incierto, todo resulta ser más claro, que aunque no sepa que pasa conmigo, hallaré respuestas sin tanto tabú. Sin conceptos protocolarios que simulen una mejor versión de mí.
Hoy simplemente decidí no ser, no intentar, no fallar, no cumplir. Tan solo por hoy solo pienso en soñar y encontrar respuestas en mis anhelos. Aceptar lo que sucede con los brazos abiertos, no irme más en picada. Hoy decidí que quiero ser yo y que si nada cambia es porque lo estoy haciendo mal, y eso también está bien.
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