Piensa-miento
Pienso... tic, tac, tic, tac,.. el sonido de un viejo reloj de pared es lo único que suena cerca de mi. La habitación está vacía, me encuentro sólo escribiendo encima de un viejo taburete, con una pluma a punto de quedar sin tinta que siempre cargo en el bolsillo izquierdo de la parte interna de un abrigo un poco viejo, arrugado y con un leve olor a tabaco de días pasados. De cuando en vez camino, mis botas hacen compás en el tosco piso de madera, cada paso combina con el sonido del reloj, y cada paso levanta un amargo olor a húmedad. Un olor que me recuerda a un par de libros que tengo en el gabinete de mi cuarto, editoriales que ya no existen, algunos faltos de páginas que hacen inconclusas las historias, otros de filosofía que jamás entendí pero guardé para nutrirme de intelecto que, seguramente, me haría un charlatán social en esas fiestas de gala en el que la gente bebe champaña en copas altas. Yo prefiero el vodka; largo y de un solo tiro. Me gusta beber mientra...